Nunca pienses en la mujer como “la otra mitad”; no lo es,
tampoco lo eres tú. Tú eres completo, ella es completa. Ella es un
individuo y tú eres un individuo. Tú eres completo y ella es completa.
Esa vieja actitud de que la mujer es la otra mitad ha
demostrado ser un gran desastre. En cuanto empiezas a poseer (es una
clase de posesión) empiezas a destruir la individualidad del otro, estás
destruyendo algo de inmenso valor. No es creativo. Nunca pienses en la
mujer como la otra mitad; ¡no lo es!.
Dos amantes son como dos pilares de un templo. Sostienen el
mismo techo, pero están separados, no están juntos. Si los dos pilares
del templo se acercan mucho, el templo se derrumbará, el techo no tendrá
apoyo en absoluto.
Fíjate en estos pilares de este auditorio Chuang Tzu: están
separados, sostienen el mismo techo. Así deberían ser los amantes:
separados, individuales, y a la vez sosteniendo algo en común…
Por favor, no poseas a un hombre o a una mujer. La posesión, la posesividad, no es amor .